Siendo
ya que desde hace varios meses el tema favorito de politólogos, la prensa y de
demás medios son los candidatos a la presidencia de la República Mexicana, es
cierto que los medios de comunicación son un impacto seguro a la opinión
política. El problema no es que emitan su opinión, sea de izquierda,
centralista, de derecha o cualquiera otra, el problema es que se usa el poder
que tienen para “invadir” la opinión pública.
Un ejemplo, del que no estoy
completamente segura si es cierto es: el apoyo que recibe Enrique Peña Nieto
(candidato del PRI), por parte del periodista López Dóriga y de la televisora
Nacional Televisa. Igualmente, podría ser lo que se conoce como una “cortina de
humo”, para opacar alguna situación de contingencia dentro de la política.
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Señoras, señores, jóvenes creo yo,
que hemos sido opacados ante la idea de una información transparente. Quizá si
el neutralismo y la buena información de fuera correctamente distribuida,
entonces desde ahí podríamos emprender lo que son las campañas electorales con
justicia y valores. Incluso las “encuestas” son falsificadas de cierta forma,
pues en una institución cualquiera en donde existen todo tipo de opiniones, no
se concuerda con la misma información vendida en revistas, periódicos y otros
medios de comunicación. No es el juego de “a ver quién gana” es parte del futuro
de niños jóvenes, y adultos. Es obvio que el país no va a mejorar en 6 años,
después de años de corrupción y avances también. Lo lógico sería omitir
opiniones por partes de medios de comunicación y empezar a actuar de manera
coherente y llena de pleno racionalismo.
Nota:
soy tan sólo una estudiante de preparatoria de 17 años, ciudadanos de 30, 40,
50 años, creo que pueden reformular sus opiniones.
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