domingo, 20 de noviembre de 2011

¿Quién soy?

Formularse esa pregunta, es quizá uno de los logros más importantes que podemos crear en nuestra vida. No es una simple pregunta trivial; es más que nada una forma de identificar la identidad de ti y de mí.
A todo esto: ¿cómo me surgió ésta interrogante? El viernes pasado (18 de Noviembre) se llevó a cabo la Jornada Juvenil del Colegio inglés de Puebla, en las instalaciones del mismo. Se tocó una misma temática: ‘Proyecto de vida y toma de decisiones’; para lo que tuvimos varios ponentes representando a diferentes universidades. Pero, la conferencia magistral que más me llamó la atención y me inquietó fue la de la Mta. Lilia Benítez Corona, pues nos preguntó ¿quiénes son?
Algunos de mis compañeros  respondieron: soy una persona. Claro, somos personas. ¿Por qué no decir: SOY UNA MARAVILLA? Todos y cada uno de nosotros, es una maravilla, un regalo, algo por lo que se debe estar agradecido. ¿Cada cuánto nos abrazamos a nosotros mismos?  Y al mismo tiempo decimos: Te amo Juana, Isaac, Diana, Jesica, Andrea, Gerardo…o cómo sea que te llames. Cuántas veces te levantas y dices: ¡Pero que hermosa, guapa, guapo, adorable, sexy, estás hoy! Aunque te veas bastante desaliñado/a porque te acabas de despertar. ¿Cuántas veces reaccionamos positivamente cuándo alguien nos ofende? Se llama humildad, se llama autoestima, se llama amarse a sí mismo.
Cómo seguramente ya habrás escuchado por ahí: Para empezar a amar a alguien, debes amarte a ti mismo. He visto, desgraciadamente a muchos de mis amigos y conocidos llegar con alguien, presentarse y a la hora y media, ya se aman. Es algo ilógico. No es que no se crea en el amor a primera vista, pero ¿por qué no darnos más oportunidad para vivir?
Como jóvenes tenemos la responsabilidad y el poder de poder cambiar a lo que nos rodea, nuestro contexto y situación. Quizá la mayoría de nosotros no sabe exactamente lo que va a ser de grande. Es decir, qué carrera universitaria vas a escoger. Pero estamos demasiado preocupados por ello. Debemos preocuparnos más por nuestras relaciones cercanas. Nuestros padres. Esas dos personas que darían su vida entera por que seas, de cualquier forma, feliz.
Esas dos personas que te escuchan y en realidad, sienten cuando a ti te duele algo. Si no me crees, pregúntales. También hay que despertar y pensar cómo nos llevamos con nuestros hermanos. Los vamos a ver la mayoría de nuestra existencia. ¿Por qué no hacer de esa vida una experiencia inolvidable? Tenemos que tener muy presente quiénes somos y sólo hay que pensar ante cualquier decisión: y…  ¿Por qué no?     

No hay comentarios:

Publicar un comentario