“…y vivieron felices para siempre.” Todos hemos escuchado esta frase al final de un cuento de amor, principalmente en los cuentos de Walt Disney. Pero ¿será que en la vida real existe?
Hace unos días, hablaba con mis amigos sobre un tema, que poco se toca, pero mucho se piensa. Decíamos que a los niños les basta con planear su boda dos meses antes. En cambio, las niñas, desde que comenzamos a leer cuentos con finales felices, comenzamos a preguntarnos cómo será el día de nuestra boda.
Aunque tengamos 7 años, mentalmente nos imaginamos la boda ideal: el vestido, el banquete, los invitados, las mesas, la decoración, e incluso el novio (a los 7 años, el novio viene siendo el niño que te sonrió en clase de Mate)…
Todo parece perfecto, como de sueño. Pero en la actualidad, dentro del sueño de la boda perfecta, deberían estar incluidos los análisis prenupciales. Alto ¿De qué me hablas? Todo era perfecto…
Los análisis prenupciales son simples exámenes de sangre, que nos muestran si nuestra pareja tiene alguna Infección de Transmisión Sexual (ITS) y si los tipos de sangre son compatibles. Se deben realizar dos semanas antes de la boda civil, pues además de que son obligatorios, también tienen “caducidad”.
Cuando tu pareja tiene sangre tipo ORh+ y tu tienes ORh-, una de dos: se crearán unos anticuerpos que rechacen el esperma, o si el óvulo es fecundado, el bebé y la madre corren peligro.
Aunque la importancia que hoy en día se le da a estos análisis, debes saber que son de suma importancia para no contraer una enfermedad venérea, o tener complicaciones al tener un bebé.
Ya sabes, es sólo un piquetito en la vena que puede construir familias, hacerte feliz y escribir el final de tu historia de amor con un "y vivieron felices para siempre".
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Muy bien escrito, sólo hay que cuidar al final los detallitos de formato. Muy bien con el uso de fuentes. +5
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