“No es más que una tradición, una fiesta del pueblo”, es lo que la mayoría de la gente del pueblo de Huamantla, dice. Claro, es una tradición, así como es ‘de costumbre’ las matanzas día a día en estados en el norte de México. ¿Cómo se compara? Por el simple hecho de que es una vida por otra.
Para aquellos que no saben de lo que estoy hablando, es de las matanzas entre toros y personas en el pueblo de Huamantla, Tlaxcala, por lo tanto es llamada “La Huamantlada”. Aporta ingresos económicos altos al estado de Tlaxcala. El problema son las deplorables condiciones en las que los toros que son arraigados, se encuentran. No están en un corral, una jaula o con alimento, al contrario. Se encuentran en conjunto, sin haber comido, con la frustración, con en el enojo, y con la naturaleza e instinto tras ellos. El documental se dio lugar en clase del Profesor Gustavo Barrientos. La directora del documental aún no se tiene el placer de conocerla, pero creo personalmente que la postura neutral del documental es inefable. Dentro del documental el impacto de cada postura, de cada individuo, de cada organización, es relevante. Por ejemplo, al inicio se escucha el latido de un corazón y una animación de un toro en tonos rojos, blancos y negros. Es redundante el impacto y la representación que se quiere dar a conocer. Además de que temáticas como lo es el fanatismo se pueden debatir fácilmente. En el documental, la postura siempre es neutral e imparcial. Es lo que permite crear una opinión propia. Además de que es digno de reconocer el trabajo; el riesgo que implica el ir a la Huamantlada. Se requiere de un motivo de fuerza mayor, una inspiración, se necesita fuerza de voluntad, ser valiente, se necesita ser un periodista imparcial. Las escenas grabadas de crueldad de los toros, de humanos sufriendo, de la Huamantlada en general, pero lo bello de la preservación de la cultura, es una Odisea.
“La prensa es la artillería de la libertad”
Hans Dietrich Genscher (Político alemán)
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