Justo la semana pasada vi la película "De Panzazo", y quería platicarles mis inconformidades acerca del documental. No tanto porque crea que lo que nos están diciendo es mentira, sino porque lo que estamos viendo es un reflejo que involucra más aspectos de la vida mexicana que la educación a secas.
Si apuntamos nuestra lupa a una sociedad, en este caso en el área educativa, y vemos que hay carencias tanto por el excesivo dinero "invertido" que al final se queda en manos de maestros y sindicatos partidistas sin llegar a aplicarse en nuevos materiales, infraestructura, investigación, p etc. aún cuando somos uno de los países que más (irónicamente) invierte en su educación, es porque en realidad es un problema mucho más grande.
Un punto que creo que es importante recalcar, es que en esta época ya no es la educación un asunto únicamente de transmisión de conocimiento, sino que es ahora un asunto de cómo pueden los alumnos educarse a sí mismos, ser más autodidactas, encontrar medios para hallar conocimiento, y tenerle amor al conocimiento, pues uno de los grandes problemas que vive México es la inmensa indiferencia y falta de interés en temas de cultura en general.
Para nosotros la cultura es prácticamente lo que el mundo televisivo nos muestra, aún que esta cultura impuesta es una clase de perversión de lo que en realidad somos. Nos hunde en la infantilidad o en la risa, y no nos permite abrir los ojos a temas de mayor alcance, importancia o trascendencia.
Hoy por hoy deberíamos pensar en la educación como un medio para rescatar no sólo la vida material de los estudiantes, sino que debe volverse un medio para renovar las ideas, y así la cultura de baja dimensión que nos rodea y nos sume en un estado psíquico de indiferencia y glotonismo, puede ser transformada en una cultura de más luminosa dimensión, donde exista amor, comunidad, visión, prosperidad, unidad, belleza, libertad, etc.
También debo decirlo: me molestó profundamente que en todo el documental se habla de México con un extraño complejo de inferioridad manifestándose. Esto me desespera. ¿Soy yo aquí el único que cree que ser mexicano es una maravilla? Este país guarda tesoros inimaginables, capaces de hacer temblar los mismísimos cimientos de la cultura occidental como la conocemos. Entonces, ¿por qué nos ocupamos tanto de intentar competir contra los franceses, los americanos y los coreanos?
Lo que debemos hacer como país es buscar, desenterrar lo olvidado, porque lo único que puede hacernos brillar es el peso de nuestra identidad real, y ésta no se encuentra en la imitación de modelos foráneos aplicados a individuos o sociedades, sino en el origen mismo de nuestros países, pueblos, ciudades y condiciones actuals.
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