martes, 3 de enero de 2012

LA PROSTITUCIÓN INFANTIL

La prostitución infantil es una realidad: una certeza que desafortunadamente lleva a la perdición a muchos menores de edad. ¿Cómo es que un adulto se puede siquiera acercar de manera tan perversa a un niño? Es un desorden mental sin duda alguna. Lo más increíble es saber que mientras yo estoy aquí diciendo estas palabras que no son más que un eco y mientras usted está escuchando esto, miles de infantes de todas las edades están siendo prostituidos, vendidos, capturados y maltratados. Lo que más duele es el daño que los niños reciben en ese oscuro lapso de su vida; que muchas veces, no quieren siquiera pensar en ello. Por lo que es esencial destacar el impacto, que la prostitución infantil tiene dentro de los aspectos físico-psicológicos en cada uno de los menores de edad. 

Por otro lado, es relevante destacar que los ingresos que aporta la prostitución y trata de blancas al país, son bastante elevados. No por ello, claro, se va a dejar que se dañe la dignidad de un individuo, que por el lado que se le vea, no tiene ningún tipo de precio comercial. Especialmente, tratándose de un niño.
            Así, sabemos que las personas más vulnerables, son en éste caso, los menores de edad (claro, tratándose de la prostitución infantil). Cada niño prostituido, es  perteneciente a todo tipo de  clases sociales: altas, bajas y medias. Si bien, sabemos que los menores de edad son los que en realidad sufren ésta pesadilla, y por no tener la misma experiencia que un adulto posee, se inclinan más hacia los peligros que la vida va ofreciendo. Todos estamos expuestos a todo tipo de riesgos; y cada día que pasa, y nuestro corazón late, es una batalla que simplemente libramos.
            Después del problema psicológico, viene uno aún más grande: las probabilidades de que se contraiga una Infección de Transmisión Sexual (también llamada ITS). Igualmente se puede concebir un embarazo no deseado y por tanto, lamentablemente un aborto innecesario.
Existen miles de inconvenientes, problemas, tabús, y demás aspectos que hacen de la prostitución infantil una verdadera problemática social. Estudiar las problemáticas que vamos afrontando día a día, nos llevan a poder crear por nosotros mismos una solución. Es una de las tantas razones por las cuales decidí, personalmente estudiar ésta problemática más a fondo: La prostitución infantil.
            Retomemos un poco lo que estábamos diciendo acerca de los efectos psicológicos que los niños sufren después de haber sido prostituidos. Pues bien, las consecuencias de la prostitución infantil en una víctima son tan variadas, como las etapas en las que puede presentarse el abuso.
Por ejemplo, en la infancia, es decir entre los 3 y 11 años, se registra fracaso escolar intenso. Así como perturbaciones de comportamiento, fobias en relación con la sexualidad, o precocidad y perversión sexual. También intimidación a otros niños, e incluso la víctima puede llegar a sentirse culpable y responsable por lo que le ocurrió. Simplemente, no se lo explica. Más tarde, en la adolescencia, se muestran dificultades con la identidad sexual. Incluso las hormonas pueden llegar a alterarse. Existe un rechazo hacia la imagen corporal; así como estados depresivos graves y trastornos alimenticios como anorexia y bulimia. Incluso pueden llegar a ser víctimas de otros problemas sociales como lo es el bullying y la marginación social. Después , en la madurez, se exhiben crisis afectivas frecuentes, depresiones, e incluso disfunciones sexuales en la relación conyugal. Por último en la vejez, suelen tener brotes de angustia en cualquier momento, e intenciones de suicidarse (sobre todo al comienzo de la menopausia en el caso de las mujeres).           
Todas estas etapas se pueden llegar a vivir. Esto claro si se lleva un tratamiento psicológico adecuado y si ese individuo goza de “suerte” por haber sobrevivido: quizá no para contarlo, pero si para tener una esperanza de vida.
            En pocas palabras, la prostitución infantil es un tema alarmante a ojos de cualquiera. No se necesita ser un abogado, presidente, doctor o maestro para saber que es simplemente inmoral lo que sufren todos éstos menores. Al enterarse de algún caso, se siente como si te bañaran con un balde de agua fría. El tan sólo pensar en lo que día a día se les impone a éstos niños, fastidia la mirada. Quizá sólo queremos taparnos los ojos y los oídos; quizá queremos ayudar; quizá estemos muy ocupados en nuestros ‘asuntos de importancia’; o tal vez sólo queremos seguir nuestro camino sin  siquiera explorar alrededor. Sé que si se crea una monotonía y uniformidad, entonces podremos ayudar a más niños y a evitar la prostitución infantil. 
Me siento afortunada de que ni yo ni nadie a mi alrededor ha sufrido ésta pesadilla que acoge a estos niños, en la mayoría a niñas. Indefensos son todos los pequeños, pero ¿por qué hacer sentir menospreciado a un tesoro tan grande, como lo es un niño? Lo único que hay que hacer es ser una persona de sentimientos y gozar de humanidad y gracia. Estos valores nos harán mejores personas y podremos ayudar a los demás.

Por: Carla Cristina Pérez Timal 
1° Grado de Bachillerato 


No hay comentarios:

Publicar un comentario